La principal baja manatí era Álex, gato oficial de la liga, que sería suplida por Perico, que ya demostró la temporada pasada su calidad como portero, salvando a su equipo de más de una goleada.
La EFM salió en manada al inicio del partido, con gran agresividad y dispuesta a dar la campanada, cosa que consiguió Héctor cuando delante del meta rival se sacó de la chistera una vaselina perfecta que entró suavemente en la meta rival y que adelantaba a nuestro equipo.
Papón consiguió la igualada en un lanzamiento de falta cerca de la frontal, y de la misma forma consiguió el 1-2 pocos minutos después. Quedó en evidencia que defender las jugadas a balón parado debe ser un objetivo prioritario para nuestro equipo de cara al futuro. Así se llegó al descanso.
En la segunda parte la Escuela volvió a golpear primero, esta vez de la mano de Andi, que con un punterazo marca de la casa volvió a poner el empate en el casillero.
En este punto Papón comenzó una ofensiva constante sobre la meta local, que no acabó en goleada gracias al buen hacer de todo el equipo, desde el portero, hasta la presión constante de nuestros delanteros, pasando por la gran seriedad de toda la zaga y centro del campo. Así fueron pasando los minutos y cuando el electrónico marcaba el 20 Andi se lesionó en un fuerza balón contra un
Los últimos 5 minutos del partido fueron de los mas emocionantes que se recuerdan en Pabelló Nord. En una de las pocas contras que tuvieron los manatís en toda la segunda parte, Héctor se marcó una jugada personal de enorme mérito, regateó al portero y encajó el esférico en la puerta rival. 3-2 y faltaban 2 minutos, la victoria parecía inminente, pero en la última jugada del partido, en un saque de córner, la pelota quedó muerta a pocos metros del área y el portero rival, que había subido a rematar, consiguió empalmar un potente tiro que desgraciadamente acabó en gol. 3-3 y quedaban 9 segundos, lo suficiente para que Papón robara el balón, chutara a puerta, la defensa despejara el balón, Sergio la cogió en el centro del campo con el portero rival varios metros por detras de él y... el árbitro pitó el final del partido, sin dar oportunidad siquiera a tirar. Fue un final injusto para un bonito encuentro de fútbol arbitrado de manera nefasta por un "árbitro" que, una semana más, la volvió a liar.
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