Prácticamente aun no había empezado el partido y la EFM ya hizo de las suyas: En un veloz contraataque, Andi enchufó una pelota en la frontal del área y puso el 1-0 en el marcador, el partido se ponía de cara.
La tensión se notaba en el ambiente, los dos equipos necesitaban la victoria, pero en los compases iniciales del partido la EFM dominaba el jugo y la posesión, mostrándose muy serios atrás, y teniendo alguna ocasión más. Durante esta primera parte, Tocaitos apenas inquietó a Álex, que tuvo que intervenir muy poco, y cuando lo hizo estuvo perfecto.
Pero ... el punto negativo de la primera parte fue el encontronazo de los puños del portero rival con el ojo de Sergio a la salida de un córner, que se saldó con el manatí sangrando cual cachalote descuartizado en el parquet de la pista. Esta flagrante agresión quedó impune al no interpretar el árbitro intencionalidad del portero tocaito. A pesar de que corría el peligro de perder su ojo, Sergio sacó su orgullo manatí y decidió dar el todo por el todo y seguir jugando. Fue una demostración de valor impresionante.
La segunda parte empezó con nuestro equipo presionando muy arriba en la salida del balón a Tocaitos, lo que les puso en problemas en muchas ocasiones, y propició buenas oportunidades, como un balón que se estrelló en la madera chutado por Héctor.
Tocaitos también dispusieron de algunas oportunidades, fruto de algún que otro pequeño desajuste defensivo azulón, pero no supusieron demasiado peligro para Álex. Así transcurrió el partido hasta que Héctor, con una jugada en la que recordó a algún 10 nacido en Argentina, sentó al portero y marcó a puerta vacía el 2-0. La victoria parecía posible.
Pero... pocas jugadas después, en la salida de un córner, un jugador de tocaitos hizo el 2-1 ayudándose de la mano, pero el árbitro se hizo el sueco y el gol subió al marcador. Este gol hizo que la EFM se pusiera algo nerviosa, empezó a perder balones fáciles, y su rival empezaba a llegar con peligro al área rival. La sensación era que estaba mas cerca el 2-2 que el 3-1. Y efectivamente, así fue. En una jugada muy embrollada, un tocaito chutó desde fuera del área y Álex no pudo atajarlo porque otro jugador rival le tapó la visión. Jugada de mala suerte, 2-2 en el marcador y Rixal se torció levemente el tobillo, lo que supuso para él el final del partido.
En ese momento, parecía que el partido iba a ser como otros tantos: La EFM se vendría abajo y el partido acabaría con una derrota escandalosa. Pero... no fue así, ya que Sergio, con su ojo y medio, hizo gol en un lanzamiento de falta pocos minutos después del empate: 3-2 y quedaban 7 minutos.
Tocaitos se volcó al ataque, esperando empatar de nuevo, pero su ración de fortuna se les acabó, y Héctor, en una fenomenal culminación de un rápido contraataque, hizo el 4-2, finiquitó el partido y dió la primera victoria de la temporada a la EFM. La afición estalló de júbilo, y al pitar el árbitro el final del partido solo se escucho una cosa:
"Pero alguien debe tirar de la aleta ¡Manatí! ¡Manatí! ¡Manatí! ¡Manatí! ¡Manatí!"
Ya en el vestuario, la alegría se desató, y los jugadores lo celebraron rapándole la cabeza a su capitán:
Los putos amos
ResponderEliminarOleeee!!!!grandes manatis, joder k webos teneis...pero alguien debe tirar de la aleta...
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